Durante la última semana, las Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario de Valme han iniciado un aumento progresivo de su demanda asistencial tras haber caído en más del 50% en la fase aguda de la pandemia. De este modo, frente al comportamiento inicial generalizado en los centros hospitalarios sobre la disminución significativa del volumen de urgencias por el temor ciudadano al contagio, en los últimos días este hospital sevillano ha alcanzado cerca del 80% de su demanda anterior al coronavirus.
La responsable del servicio de Pediatría de este centro, Eva Patricia Torres Begara, subraya la importancia de buscar ayuda sanitaria ante síntomas graves (fiebre con afectación del estado general, dificultad respiratoria, vómitos de repetición,…) o agravamiento de patologías previas, “porque, al margen del coronavirus, continúan produciéndose y con igual relevancia otras patologías”. Al respecto, Torres Begara destaca la coordinación interniveles entre los puntos de urgencias de atención primaria del área sur de la provincia y el servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Valme con las correspondientes derivaciones de casos graves.
Precisamente, el servicio de Urgencias fue uno de los ámbitos de mayor intervención al inicio de esta crisis sanitaria, dentro del plan de adaptación de sus espacios para la planificación de medidas excepcionales frente al Covid-19. Se llevó a cabo una importante reorganización de espacios para dotarlas de circuitos diferenciados que garantizan la prevención y seguridad de pacientes y profesionales.
En el ámbito de la seguridad, desde el primer momento la atención pediátrica urgente de este hospital sevillano dispone de un protocolo y circuitos asistenciales que siguen las recomendaciones de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas en el contexto de la pandemia actual.
En concreto, las Urgencias Pediátricas se han reestructurado habilitando circuitos diferenciados, al igual que las de adultos: uno para pacientes con sintomatología respiratoria (en esta situación se consideran todos casos posibles de infección COViD19) y otro para patología polivalente que asegura la atención normalizada al resto de pacientes que acuden al hospital con cualquier otro problema de salud y evitar el contagio.
Para ello, su localización se trasladó a instalaciones colindantes correspondientes al hospital de día de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil. Una zona destinada con anterioridad a talleres y actividades diversas que han visto reducida la actividad demorable. Mientras que su espacio anterior se destinó al flujo de las Urgencias Polivalentes de la población adulta, separado de las urgencias respiratorias.
La nueva funcionalidad de estas instalaciones estuvo acompañada de la dotación de la logística necesaria para la asistencia de urgencia: gases medicinales, tomas de corriente para alimentar equipos electromédicos y puestos de trabajo para instalación de equipos informáticos. Y, por su parte, dichas instalaciones se han dotado de la siguiente organización con un papel destacado de la enfermería pediátrica especializada para las urgencias de 24 horas: un área de triaje pediátrico (donde profesionales de enfermería canalizan la atención segregando la patología respiratoria de la general), box de críticos, dos consultas, dos salas de espera y sala de tratamiento y procedimientos de enfermería para dar respuesta eficiente a ambos flujos de pacientes.