Eficiencia y calidad del Hospital de Valme en el abordaje quirúrgico de una patología cada vez más prevalente: cataratas

20200110_124200.jpgConstatando a lo largo de los últimos años el aumento de una patología oftalmológica cada vez más demandante, como es la catarata, el Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha consolidado durante más de un lustro un programa asistencial con importantes ventajas para su abordaje quirúrgico. Para ello, los servicios de Oftalmología y Anestesiología están coordinados en el proceso preanestésico mediante un protocolo basado en el acto único, el cual aporta agilidad en la gestión de los tiempos de espera quirúrgicos. 

La catarata es una opacidad del cristalino (lente natural del ojo) que impide el paso nítido de la luz a la retina y provoca una disminución progresiva de la visión. Su creciente demanda responde al incremento de la esperanza de vida y al progresivo envejecimiento de la población, junto a su indicación por necesidades laborales de las cataratas precoces, su aparición como consecuencia de cirugías oculares previas (glaucoma, cirugía refractiva y de vitro-retina) o de tratamientos sistémicos (fundamentalmente corticoides), además de concebirse como cirugía segura que minimiza las reticencias de la población frente al quirófano.

Este incremento en las indicaciones de la cirugía de la catarata lo verifica el balance de actividad al respecto realizado por el Hospital Universitario de Valme. A lo largo de los cuatro últimos años este centro ha experimentado un aumento del 25,1%, pasando de 2.341 cirugías de catarata realizadas en el año 2016 a 2.930 registradas en el año 2019.

Circuitos asistenciales ágiles para respuestas eficientes

Frente a dinámica  establecida en los centros hospitalarios, donde la mayoría de los pacientes que van a ser intervenidos de cataratas tienen que desplazarse semanas antes al hospital para acudir a una primera consulta de preanestesia, y a la realización de una analítica y un electro; en este hospital sevillano existe un protocolo distinto que aporta eficiencia y calidad a este proceso.

La irrupción de nuevas técnicas anestésicas por vía tópica, en sustitución del abordaje invasivo del ojo, junto al respaldo de las sociedades científicas, hicieron viable que en el año 2013 este hospital sevillano pusiera en marcha nuevos y más ágiles circuitos asistenciales. De este modo, Oftalmología y Anestesiología protocolizaron un abordaje más eficaz, en beneficio del paciente.

Como resultado, dependiendo del tipo de anestesia que va a precisar cada paciente y a su complejidad, el trámite del preoperatorio para catarata es diferente. Como ventaja principal, el 99% de los usuarios tributarios de esta cirugía no tienen que desplazarse al hospital para esta consulta debido a la existencia de un circuito más resolutivo y eficiente.

Para la intervención quirúrgica de cataratas, la anestesia puede ser de diferentes tipos, dependiendo de cada caso: tópica, locorregional o general. Los pacientes incluidos en lista de espera y que precisan anestesia tópica no tienen que pasar por una consulta de preanestesia. Reciben el envío de un cuestionario y consentimiento informado para que lo rellenen y lo entreguen el día de la intervención. Ese día, sin necesidad de analítica ni electro, el anestesiólogo realiza la valoración del cuestionario previamente a la cirugía.

Si la anestesia es locorregional y el paciente no está anticoagulado, se le envía la misma documentación para su cumplimentación y entrega el día de la operación junto a un estudio analítico que se lleva a cabo en su centro de salud sin necesidad de desplazarse al hospital.

Si por el contrario, el paciente va a disponer de anestesia locorregional pero está coagulado, es citado a la consulta con la finalidad de llevar a cabo la retirada del anticoagulante y sustituirlo por `terapia puente´ (heparina) hasta la intervención. Y en el caso de pacientes que precisan de anestesia general, que tengan patologías asociadas que les impiden colaborar (demencia senil,…) o aquellos otros con cataratas más complejas, están citados a la consulta previa a la cirugía para valoración del anestesiólogo. Un grupo de pacientes que asciende al 1% del total que se opera de cataratas.

Las dos doctoras responsables de los servicios de Oftalmología y Anestesiología del Hospital Universitario de Valme, Ana García Bernal y Mercedes Echevarría, respectivamente, destacan los notables beneficios de esta práctica clínica: “se reduce tanto número de consultas, como número de pruebas y, por tanto, tiempos de espera en pacientes que no precisan una consulta preanestésica”. Por un lado, este centro libera cada año cerca de 3.000 consultas de Anestesia que son gestionadas para procedimientos quirúrgicos más complejos y urgentes, con la consiguiente agilidad en listas de espera; se evita el desplazamiento del paciente para la consulta y realización de pruebas, que en caso necesario se llevan a cabo en su centro de salud correspondiente; se ahorran analíticas innecesarias y se le da una respuesta eficiente a los usuarios a través de acto único (preoperatorio y cirugía en el mismo día).