El Hospital de Valme muestra su experiencia en el abordaje del Linfedema dentro del III Congreso Andaluz de Personas con Cáncer y Familiares

images/Unidad_LINFEDEMA.jpgEl Hospital Universitario de Valme ha sido elegido por la Asociación Española Contra el Cáncer para exponer su abordaje del Linfedema durante la celebración del III Congreso Andaluz de Personas con Cáncer y Familiares, que se celebra en Sevilla los días 15 y 16 de noviembre. Los excelentes resultados en salud junto al alto grado de satisfacción de las pacientes avalan la extraordinaria calidad asistencial de su manejo por parte de los profesionales de este centro con un lustro de experiencia.

El Linfedema es la acumulación anormal de líquido en el tejido blando debido a una obstrucción en el sistema linfático. Constituye uno de los posibles efectos secundarios que pueden padecer las mujeres intervenidas por cáncer de mama (mastectomía con extirpación de los ganglios linfáticos). Se produce en el brazo por interrupción de la circulación de los vasos linfáticos a nivel de la axila, acumulándose líquido y causando inflamación en la extremidad.

Aunque la prevalencia de esta enfermedad indica que en el 75% de los casos aparece durante el primer año tras la cirugía oncológica, el tiempo de aparición varía entre semanas y años. De hecho, los expertos subrayan que las mujeres operadas de cáncer de mama tienen el riesgo de desarrollar Lindefema durante toda la vida. Si a ello se le suma que una vez que aparece no existe tratamiento curativo eficaz, se convierte en una patología crónica y progresiva cuya herramienta fundamental para combatirla es la prevención.


Blindaje frente al Linfedema: protocolización de la práctica clínica, coordinación profesional y prevención

La Unidad de Linfedema del Hospital Universitario de Valme es un dispositivo asistencial perteneciente al servicio de Medicina Física y Rehabilitación, que dirige José Antonio Expósito. Está conformada por dos médicas rehabilitadoras (Caridad Ortega y Carmen Cruz) y una fisioterapeuta (Rosario Dueñas). Desde su creación, en el año 2014, los profesionales de esta unidad sitúan a la prevención como eje donde pivota el éxito del manejo de esta enfermedad.

Para ello, protocolizaron dos programas donde impera la coordinación profesional entre médicos rehabilitadores, fisioterapeutas y profesionales de la Unidad de Mama. Cada una de las actuaciones clínicas están protocolizadas, garantizando circuitos ágiles con respuestas inmediatas. Caridad Ortega subraya la importancia de iniciar la prevención inmediatamente tras la cirugía. En consecuencia, el primer programa de prevención comienza a la semana siguiente de la operación de cáncer de mama, cuando las mujeres son citadas a una consulta de una fisioterapeuta.

Asisten a sesiones programadas donde se les informa de los riesgos de desarrollar la enfermedad, dentro de las posibles complicaciones postquirúrgicas, y se les indica las señales de alerta para detectarla y acudir a consulta de la médica rehabilitadora para la valoración correspondiente. Junto a la información se les enseña ejercicios que ayudan a la prevención, promoviendo la concienciación de la importancia de realizarlos correcta y regularmente, siempre bajo la supervisión de los profesionales expertos. Esta actuación en educación para la salud permite que la paciente identifique los primeros síntomas, evitando el agravamiento posterior del Linfedema, ya que permite instaurar un tratamiento precoz.

La segunda línea en prevención es la Escuela de Linfedema. Aquí son derivadas las mujeres que previamente en consulta médica han sido valoradas, diagnosticadas y tratadas precozmente de la enfermedad por una médica rehabilitadora. Su objetivo es conseguir que la enfermedad no progrese. Cada mes y medio acude un grupo conformado por 12 a 14 pacientes acompañadas de un familiar. En esta Escuela participan las médicas rehabilitadores, la fisioterapeuta y una paciente experta.

Éxito del programa de prevención: el 71% de los casos diagnosticados corresponden al estadío inicial

El resultado de ambas líneas de prevención desarrolladas en el Hospital de Valme para combatir el Linfedema demuestra eficacia y eficiencia asistenciales. Los resultados en salud reflejan que sólo el 6% de las pacientes diagnosticadas se corresponden con casos complicados; mientras que el grueso, el 71% de las mujeres que acceden a la primera consulta médica de la Unidad de Linfedema, son diagnosticadas en estadío I. Esto quiere decir, que la mayoría de las mujeres se diagnostican en las fases iniciales de la enfermedad gracias al diagnóstico precoz y a los buenos resultados de las medidas de prevención. Llegar a esta detección precoz les permite actuar de una forma rápida con otras medidas terapéuticas, como las prendas de compresión para evitar progresión de la enfermedad.

Durante el lustro que lleva funcionamiento esta unidad clínica han pasado 700 pacientes afectados de Linfedema. De ellos, 500 se corresponden con linfedemas secundarios a cirugía de cáncer de mama en extremidades superiores. Por su parte, a lo largo del año 2019 que está activa la iniciativa de la Escuela de Pacientes, se han formado cerca del centenar de mujeres, adquiriendo una completa información sobre formación, medidas de higiene y cuidado personal, medidas de protección del miembro afecto y ejercicios.

Excelentes resultados clínicos con una humanización de la asistencia sanitaria

 Los profesionales de esta unidad clínica corroboran cómo la prevención, a través del conocimiento de la enfermedad junto a la formación sobre ejercicios terapéuticos y actividad física por parte de las pacientes, contribuye a un mejor manejo de la misma. Una estrategia de educación en salud que permite controlar la progresión de la patología, provocar menos complicaciones y mejorar la calidad de vida.

Pero, además de la eficiencia clínica, las pacientes y familiares de esta unidad clínica han puesto en valor la calidad humana que reciben en la asistencia, favoreciendo la relación cercana de profesionales sanitarios y pacientes. Es decir, excelentes resultados clínicos junto a una humanización de calidad en la asistencia. Todo ello fruto de una complicidad entre profesionales y pacientes/familiares que aporta, según Caridad Ortega, “disminución de la ansiedad, aporte de seguridad en el afrontamiento de esta enfermedad y percepción positiva de la enfermedad en pacientes con cáncer de mama”.

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