El Hospital de Valme atiende cerca de 300 partos con cesárea sin romper el vínculo materno con el recién nacido durante el postparto inmediato

El Hospital de Valme atiende cerca de 300 partos con cesárea sin romper el vínculo materno con el recién nacido durante el postparto inmediatoDesde octubre de 2021, la Unidad de Paritorio tiene instaurado un protocolo pionero que potencia la humanización perinatal y la lactancia materna

Desde que en octubre del año 2021 el Hospital Universitario de Valme de Sevilla instaurara en su Paritorio de forma innovadora un protocolo dirigido a potenciar la humanización perinatal durante los cuidados maternofetales postcesárea, ha atendido cerca de 300 partos. Una iniciativa que se dispone a cumplir dos años de funcionamiento, con el valor añadido de haberse instaurado durante la pandemia y su plus de dificultad añadido, teniendo como balance unos excelentes resultados en salud: calidad y humanización asistenciales garantizando la seguridad de la madre y el neonato.

La iniciativa consiste en la implantación de un circuito diferente al establecido en la mayoría de los centros hospitalarios en el nacimiento con cesárea. En lugar de trasladar a la madre a la Sala de Reanimación Postquirúrgica, separarándolo del neonato tras la cesárea; la nueva práctica clínica posibilita la recuperación de la madre en las instalaciones del Paritorio junto a su hijo recién nacido y el acompañante elegido por la gestante, sin necesidad de romper el vínculo afectivo.

Esta dinámica se aplica de forma protocolizada en este hospital sevillano desde octubre del año 2021 a través de la coordinación de los servicios de Obstetricia y Anestesiología. Inicialmente, comenzó a funcionar a modo de pilotaje para monitorizar sus resultados; mientras que, posteriormente y dado sus beneficios, desde enero de 2022 se incorporó en la cartera de servicios de la Unidad de Paritorio como práctica clínica habitual que incrementa la humanización asistencial y potencia la lactancia materna.

Infraestructura con monitorización permanente garante de la seguridad del paciente

Al tratarse de pacientes de bajo riesgo y sin complicaciones prevenibles, el protocolo contempla la realización de una monitorización básica y no invasiva a través de telemedicina, con unos cuidados postoperatorios similares a los que se realiza en las unidades de Reanimación. Una monitorización que se mantiene durante toda la estancia de la madre en la sala del Postparto en la Unidad de Paritorio hasta el alta para su regreso a la habitación de la planta de hospitalización, que aproximadamente dura dos horas, y siempre bajo la supervisión de un anestesiólogo.

Para ello este centro ha dotado a las salas de postparto de una infraestructura que garantiza su monitorización permanente. Se trata de la dotación de monitores de control de constantes vitales, equipamiento para manta térmica y foco de infrarrojos en caso de que se precise, y timbre de llamada al control de las matronas operativo. Además, desde el control de estas profesionales hay establecido un circuito de comunicación para la visión permanente del bienestar de la gestante en todo momento.

Junto al apoyo técnico que proporciona esta monitorización, el personal de Paritorio está formado para la valoración de estas madres y sus recién nacidos, con un alto grado de compromiso para que este avance en la humanización del nacimiento en nuestro hospital se lleve a cabo de forma segura y elevando la satisfacción de las familias.

El equipo de matronas, cuya coordinadora es María Ángeles López, hace hincapié en el objetivo de este programa asistencial: “contribuir a minimizar los efectos de la cirugía e intentar que el puerperio inmediato sea lo más parecido a un parto vaginal, dado que el momento del nacimiento es un momento único, siempre que la situación clínica de la madre y el recién nada lo permita”.

De hecho, el impacto de este programa asistencial en el avance de la humanización de los cuidados postcesárea propició un reconocimiento nacional el pasado año. La Unidad de Paritorio del Hospital Universitario de Valme de Sevilla fue premiada en el XX Congreso Nacional de Matronas celebrado en Cáceres tras la presentación de esta iniciativa por parte del matrón Jorge Romero mediante la comunicación `Cambio de rutinas hospitalarias por buenas prácticas en la atención a las cesáreas en la pandemia Covid-19´.

A este respecto, la jefa de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitairo de Valme, Rosa Ostos, subraya el esfuerzo y compromiso de este centro con la humanización en el parto valorando aún más su implantación en un escenario muy complejo a nivel mundial con la pandemia.

El 75% de las cesáreas se adaptan a las indicaciones para su inclusión en este programa asistencial

La indicación de la estancia de la paciente en paritorio para el postoperatorio inmediato de la cesárea, y de su inclusión en este programa asistencial, es criterio del anestesiólogo responsable de la paciente. Este especialista es el encargado de valorar de forma individualizada a cada paciente, sus antecedentes personales, la indicación de la cesárea y el desarrollo intraoperatorio desde el punto de vista quirúrgico y anestésico, determinando así su estancia allí o su traslado a Unidad de Recuperación Postanestésica.

Para ello, las indicaciones se basan en tres apartados: patología previa, complicaciones anestésicas y complicaciones obstétricas. El balance realizado constata que sólo el 25% de los partos con cesárea no han podido disfrutar de los beneficios de este protocolo de postparto inmediato por estos motivos.

Favorece la tasa de lactancia materna y el programa `Contacto Piel con Piel´

La iniciativa materializada en el Hospital Universitario de Valme lo hace liderar un indicador de Buenas Prácticas Clínicas en la fase perinatal: el contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido tras el nacimiento, ya sea por parto vaginal o por cesárea. Este indicador están considerado como un factor de excelencia asistencial ya que ofrece múltiples beneficios para madre y recién nacido: reduce el nivel de estrés en la madre, facilita el desarrollo del vínculo afectivo, favorece el éxito de la lactancia materna y la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.

De hecho, el análisis llevado a cabo por sus profesionales sobre el funcionamiento de este protocolo asistencial constata sus beneficios en diferentes ámbitos. Los resultados reflejan cómo la humanización de la cesárea es una práctica donde el Contacto Piel con Piel (período inmediatamente posterior al parto donde la madre y el recién nacido permanecen desnudos y en contacto permanente) y la primera toma en el período sensitivo del neonato favorece la duración y las tasas de lactancia materna con respecto a la cesárea tradicional.

Del mismo modo, el estudio refleja resultados satisfactorios en los indicadores de dolor y ansiedad: las madres presentan menos dolor y, tanto madres como neonatos, minimizaron su ansiedad en el postparto.

 

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