Las unidades de gestión clínica de Farmacia Hospitalaria y Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario de Valme de Sevilla han puesto en marcha un sistema para la determinación de niveles en sangre de fármacos biológicos, dirigido a pacientes con enfermedades autoinmunes, que permite optimizar la eficacia terapéutica de los mismos.

Los fármacos biológicos son medicamentos muy específicos, utilizados como alternativa en pacientes no respondedores a terapias convencionales. Son fármacos que están conformados por una proteína y se obtienen por biotecnología. Su actividad farmacológica es muy potente, siendo su administración parenteral y su coste alto. Las terapias biológicas actúan sobre el sistema inmune del organismo reparando, estimulando y mejorando la respuesta. Las principales especialidades médicas que están relacionadas con la aplicación de estos fármacos son: Digestivo, Reumatología y Dermatología. Por su parte, las enfermedades que reciben este tratamiento son: enfermedad de Chron, colitis ulcerosa, artritis reumatoide, espondilitis y psoriasis, entre otras.

El objetivo del sistema de actuación implantado es monitorizar los niveles plasmáticos para ayudar en la toma de decisiones y optimizar lla eficacia farmacológica. Estas decisiones se llevan a cabo en una reunión de carácter multidisciplinar, denominada `Comisión Asesora Local´, y están relacionadas con la subida o bajada de dosis (por considerarla insuficiente o, por el contrario, ser excesiva y así evitar efectos adversos), el mantenimiento o la sustitución del fármaco. Para ello, la Unidad de Farmacia Hospitalaria se sitúa como puente entre el Laboratorio de Análisis Clínicos y las distintas especialidades médicas implicadas.

El Laboratorio recibe las muestras de sangre y analiza mediante la técnica ELISA la concentración del fármaco y la presencia de posibles auto-anticuerpos (anticuerpos que el paciente genera contra el fármaco ya que este es una proteína). Por su parte, las técnicas analíticas para determinar la concentración en sangre de estos fármacos son recientes. Son técnicas instrumentales complejas y de procedimientos muy rigurosos para asegurar la precisión en la determinación.

La instauración de esta nueva dinámica de trabajo, centrada en la monitorización farmacológica, presenta notables beneficios para enfermedades con escasas alternativas terapéuticas. Entre ellos destacan la predicción temprana de la respuesta al tratamiento junto al incremento de la eficacia y la reducción de la toxicidad de los fármacos biológicos gracias a la actuación sobre la variabilidad interindividual.