Reordena la práctica clínica habitual con el acto único: en una sola visita el paciente dispone de diagnóstico y propuesta terapéutica, además de valoración pre-anestésica en caso de precisar cirugía

cirugia_rayos.jpgEl Hospital El Tomillar ha implementado el acto único en sus consultas quirúrgicas, un elemento clave de la alta resolución que permite optimizar la eficiencia, la accesibilidad y la calidad de la asistencia sanitaria. A los beneficios asistenciales de la reordenación de la práctica clínica habitual, aporta como valor añadido su materialización en un área de gran dispersión geográfica como el sur de la provincia de Sevilla y el contexto sanitario actual donde es fundamental evitar desplazamientos innecesarios de usuarios a cambio de respuestas asistenciales eficaces.

Esta implementación se enmarca en la Estrategia de Alta Resolución de la Consejería de Salud y Familias. Permite que en una sola mañana el paciente sea visto en consulta por el cirujano, se le realicen las pruebas diagnósticas necesarias y se marche a su domicilio con una propuesta terapéutica, que en caso de ser quirúrgica también incluye la valoración pre-anestésica. Para ello, desde Cirugía se ha establecido una coordinación con los servicios de Radiodiagnóstico y Anestesiología donde se ha potenciado la comunicación entre especialistas en pro de una mayor eficiencia en el proceso diagnóstico.

La iniciativa se ha llevado a cabo en el área de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) del Hospital El Tomillar, bajo el impulso y coordinación de la jefa de sección de Cirugía del Área Hospitalaria de Valme, Lourdes Gómez Bujedo. La CMA es una modalidad quirúrgica basada en técnicas mínimamente invasivas que evitan el ingreso hospitalario. En el Hospital El Tomillar la integran siete cirujanos, cinco anestesistas, 22 enfermeros, 17 auxiliares de enfermería, tres administrativos, celadores y limpiadoras. Como infraestructura cuentan con cuatro quirófanos, una sala de recuperación post-anestésica, una sala de readaptación al medio, área de hospitalización de corta estancia y tres consultas.

Anualmente, en el Bloque Quirúrgico del Hospital El Tomillar se realizan cada año cerca del millar de operaciones por CMA. Por lo que respecta a los patologías que se abordan con esta modalidad quirúrgica y que han pasado a beneficiarse de este circuito asistencial más ágil desde las consultas, son las siguientes: cirugía de pared abdominal por vía abierta o laparoscópica (hernias, eventraciones, tumores de pared,…), colecistectomías laparoscópicas, quistes coxígeos y cirugías de tumores de partes blandas.

Simplificación del circuito asistencial para el paciente

Según Gómez Bujedo, “la reordenación de esta práctica asistencial a través de la alta resolución impacta positivamente sobre el paciente, al cual le facilitamos su paso por el hospital simplificándole el circuito asistencial que debe recorrer”. Es decir, el ciudadano y usuario del servicio sanitario se convierte en el auténtico eje del sistema sanitario.

De la implementación de la alta resolución en las consultas quirúrgicas del Hospital El Tomillar se podrán beneficiar cerca de 100 pacientes al mes que al acudir en la primera visita a estas consultas deben pasar por los servicios de Radiodiagnóstico (para completar mediante pruebas de imagen las sospechas médicas), y por el servicio de Anestesia (para formalizar la valoración preoperatoria si la cirugía es prescriptiva).

De este modo, esta práctica clínica racionaliza los desplazamientos de los pacientes, resolviéndose su proceso en el mínimo de visitas posibles al hospital. Un hecho todavía más importante en el contexto Covid-19, consiguiéndose minimizar los riesgos y potenciando la prevención al reducir las visitas hospitalarias. Concretamente, los pacientes pasan de tener que acudir a tres visitas a especialistas con citas en días diferentes (cirujano, radiología y anestesia) a una sola en acto único durante el mismo día. En suma, como recalca la jefa de sección de Cirugía, “logramos la eficiencia del sistema sanitario, lo cual supone una enorme satisfacción para los profesionales con el trabajo que realizamos”.

Gómez Bujedo, también destaca de esta nueva dinámica el hecho que se acorten los tiempos de espera diagnósticos al agilizarse los mismos mediante el fedd back entre especialistas, los cuales de inmediato dirimen la respuesta entre la sospecha clínica y el resultado de la prueba diagnóstica. En este aspecto, hay que destacar la mejora de la interrelación y comunicación entre estas tres especialidades médicas en beneficio de la asistencia que se realiza. Como consecuencia, mejora la calidad de la asistencia prestada, optimizando el proceso de la toma de decisiones. Y ello repercute en la mejora de la satisfacción percibida por los propios pacientes.

Ya está en funcionamiento el Banco de Semen y Ovocitos autorizado por la Consejería de Salud y Familias

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El Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha incrementado la cartera de servicios de su Unidad de Reproducción Humana Asistida con la incorporación de técnicas de preservación de la fertilidad. Con esta dotación se completan las prestaciones de esta unidad clínica, puesta en funcionamiento a finales del año 2018 con altos estándares de calidad y eficiencia asistencial. Para ello, la Consejería de Salud y Familias ha autorizado la creación de un Banco de Semen y Ovocitos que ya está en funcionamiento.

El Sistema Sanitario Público de Andalucía oferta la preservación de la fertilidad, como técnica asociada a las de reproducción asistida, a las mujeres con posible riesgo de pérdida de su capacidad reproductiva asociada a exposición a tratamientos gametotóxicos (que destruyen los óvulos), tales como la quimioterapia o la radioterapia, y también asociada a procesos patológicos con riesgo acreditado de fallo ovárico prematuro.

La preservación de la fertilidad se realiza con indicación médica, no ofertándose esta técnica cuando sea únicamente a petición propia de la paciente para uso diferido. Y la premisa fundamental que anteponen los especialistas es la inexistencia de contraindicación por parte del oncólogo para la aplicación de tratamientos reproductivos que colisionen con el tratamiento prioritario para la patología de la paciente.

Por su parte, la técnica de preservación que se recomienda es la extracción y vitrificación de ovocitos maduros. Para obtener dichos ovocitos es necesario realizar una estimulación ovárica que varía en su pauta, según el caso clínico, y una posterior punción ovárica mediante vía vaginal.

Pacientes tributarios de esta prestación

Desde los servicios clínicos de Ginecología y Oncología Médica se informa a los pacientes de ambos sexos del posible impacto en su fertilidad en edad reproductiva antes de comenzar ningún tipo de tratamiento. En el caso de Oncología se oferta a los varones la preservación de semen mediante derivación a la Unidad de Reproducción Humana Asistida (Laboratorio de Semen). Mientras que a las mujeres, la valoración se lleva a cabo desde la Unidad de Reproducción Humana Asistida con informe médico donde se refleja el tiempo disponible para llevar acabo la técnica de preservación, según las necesidades de comenzar el tratamiento.

De este modo, esta nueva prestación ofrece a los pacientes tributarios la opción de congelar los óvulos y semen con la finalidad de garantizar la oportunidad de ser madres/padres al término de la enfermedad. Para ello, antes de recibir la quimioterapia para combatir el tumor, recurren a la conservación de material genético para, en el futuro y una vez superada la enfermedad oncológica, acceder a la maternidad/paternidad.

Por lo que respecta a las indicaciones de la técnica de vitrificación de ovocitos, contempla las siguientes consideraciones: la edad de la mujer en el momento de la indicación del tratamiento debe ser inferior a 40 años y mayor de 18, pacientes con posible riesgo de pérdida de su capacidad reproductiva asociada a procesos patológicos con riesgo acreditado de fallo ovárico prematuro y mujeres con posible riesgo de pérdida de su capacidad reproductiva asociada a exposición a tratamientos gametotóxicos.

En el caso de la mujer, y antes del inicio de las sesiones de tratamiento oncológico, se procede a la estimulación de sus ovarios mediante un tratamiento hormonal, de características similares al que se aplica para la fecundación ‘in vitro’. El siguiente paso es extraer los óvulos mediante una punción ovárica y, seguidamente, se procede a la congelación rápida de los óvulos maduros, que se conservan en perfectas condiciones en un banco que tiene esa función por si en el futuro, una vez atajado el tumor, la mujer decide intentar ser madre. En el caso de los hombres, el semen descongelado puede utilizarse a través de tratamiento de reproducción asistida.

Protocolo de coordinación interdisciplinar

Destacar que este nuevo servicio incluye la implantación de protocolos y circuitos asistenciales de forma coordinada entre varias especialidades médicas: Urología, Hematología y Oncología. Una dinámica de trabajo cuya organización y coordinación pivota en el servicio de Ginecología y Obstetricia, a donde pertenece la Unidad de Reproducción Humana Asistida.

En opinión de la jefa de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Valme de Sevilla, Rosa Ostos, “contribuimos a la minimización de los efectos secundarios de los tratamientos a los que los enfermos de cáncer han de someterse, dado que la consecución del aumento progresivo de la supervivencia de los mismos ha de ir paralelo a la mejora de su calidad de vida, formando parte de la misma la opción a la maternidad/paternidad”.

Alternativa a la letalidad de los tratamientos oncológicos sobre la fertilidad

Muchas formas de cáncer están asociadas con alteración de la calidad del semen o la función ovárica en el momento del diagnóstico. Sin embargo, el principal efecto sobre la fertilidad se debe a los tratamientos comúnmente utilizados, como la quimioterapia y la radiación pélvica, que presentan efectos secundarios gonadotóxicos afectando a diferentes aspectos de la salud reproductiva.

Los cánceres más frecuentes en adultos jóvenes siguen siendo las neoplasias hematológicas, cuyas tasas de curación en esta población son elevadas. Precisamente, el aumento en las tasas de supervivencia conlleva que cuando se alcance la edad reproductiva los supervivientes tengan que hacer frente a los problemas derivados de los tratamientos oncológicos, que inevitablemente tendrán un impacto sobre la reserva folicular y espermatogénesis.

A ello hay que añadir otro factor relevante, que es el retraso en la edad del primer embarazo, hecho que conlleva la posibilidad de no tener cumplido todavía el deseo gestacional en el momento del diagnóstico de un cáncer.

Frente a esta problemática, en los últimos años se ha producido un avance hacia el desarrollo de la medicina reproductiva, que ha mejorado de forma notable la seguridad y la eficacia de las técnicas de preservación de la fertilidad. Estos avances permiten plantearse a la mujer en edad fértil y diagnosticada de cáncer la posibilidad de conservar la fertilidad.

Ramón Morillo FARMACIA HOSPITALARIA VALME.jpgEl farmacéutico del Hospital Universitario de Valme de Sevilla, Ramón Morillo, es el coordinador del nuevo Documento de consenso elaborado a nivel nacional para mejorar la adherencia a la farmacoterapia de pacientes con VIH. Se trata de una guía nacional en la que han participado una veintena de expertos de diversa índole: médicos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeros, psicólogos en representación del Plan Nacional del VIH del Ministerio de Sanidad, el Grupo de Estudio del Sida (GESIDA) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

   La adherencia se define como la capacidad del paciente de implicarse correctamente en la elección, inicio y control de toda la farmacoterapia que tenga prescrita, permitiendo así alcanzar, en la medida de lo posible, los objetivos farmacoterapéuticos planteados en cada momento, acorde a su situación clínica y expectativas de salud.

   Los expertos hacen hincapié en el enorme cambio producido en la última década sobre el perfil del paciente VIH y el arsenal terapéutico para combatir la enfermedad. En España el número de personas con VIH mayores de 50 años ha crecido en casi un 40% como consecuencia directa de la mejora de la eficacia del tratamiento antirretroviral, permitiendo el aumentado de sus expectativas de vida. Sin embargo, ello conlleva en estos pacientes el incremento de otras enfermedades diferentes, como resultado de la prolongación de su supervivencia.

   Al respecto, Ramón Morillo destaca la mayor complejidad actual para obtener buenos resultados en salud debido a la polifarmacia de estos pacientes: “aunque haya mejorado la medicación antirretroviral con fórmulas más simples, la principal causa de fracaso terapéutico en pacientes VIH continúa siendo la adherencia inadecuada al tratamiento antirretroviral, a la que se une también la de otros fármacos”.

Adaptación de los roles asistenciales del farmacéutico especialista al actual paciente VIH

   La nueva guía supone la actualización del documento anterior correspondiente al año 2008, adaptando los roles asistenciales del farmacéutico especialista al paciente VIH actual con un perfil y necesidades diferentes a décadas precedentes. La principal novedad respecto a la versión anterior es que hace un refuerzo sobre la valoración integral de la farmacoterapia en el paciente VIH, no exclusivamente del tratamiento antirretroviral.

    La misma atribuye al farmacéutico especialista una función clave para la valoración sistemática y la mejora de la adherencia terapéutica, tanto al tratamiento antirretroviral como al resto de medicación. Una intervención esencial para monitorizar la adherencia y desarrollar intervenciones educativas, motivacionales y conductuales que permitan reforzarla desde el enfoque individualizado.
 
 Morillo subraya que “la nueva guía amplía el prisma anterior con la inclusión del aspecto multidisciplinar (intervención de los distintos profesionales sanitarios) y multidimensional (aspectos cognitivos, nutricionales o sociales) con la finalidad de contribuir a lograr la adherencia óptima”.

  Precisamente, el objetivo de esta guía es ayudar a todos los profesionales sanitarios dedicados al control clínico y terapéutico de los pacientes con el VIH a mejorar la adherencia a toda la farmacoterapia prescrita. Para ello, aporta directrices de colaboración asistencial y las herramientas claves para mejorar el abordaje multidisciplinar y también multidimensional de los pacientes. De este modo, se consiguen mejorar los resultados en salud mediante una asistencia más individualizada.

   Esta guía contempla un nuevo modelo asistencial cuya adaptación se vincula al desarrollo del Mapa Estratégico de Atención al Paciente Externo (MAPEX). Ramón Morillo es el coordinador de esta iniciativa en la SEFH, avalándolo una amplia experiencia como farmacéutico especialista en el hospital Universitario de Valme con iniciativas asistenciales eficientes. En 2010, este hospital sevillano se colocó a la vanguardia en la atención farmacéutica de las patologías víricas, creando de forma pionera una consulta específica. A esta mejora se han ido incorporando en los últimos años líneas innovadoras que lo convierten en el hospital referente en este ámbito, logrando potenciar la gestión eficiente de la farmacoterapia en estas patologías. Destacar entre ellas el liderazgo del proyecto nacional formativo `Paciente Experto VIH 2.0´ dirigido a mejorar los resultados en salud de los pacientes mediante la potenciación de su autocuidado.

  Interconsultas hospitalarias.jpg
La Dirección Asistencial del Hospital Universitario de Valme de Sevilla, junto a su servicio de Atención a la Ciudadanía, ha impulsado una importante medida que pondera su liderazgo como centro en la materialización de las iniciativas corporativas dirigidas a la eliminación del papel en los hospitales. Se trata de la sustitución del formato impreso por el electrónico en las derivaciones de las interconsultas entre las diferentes especialidades médicas hospitalarias.

   Estas interconsultas tienen por objetivo la comunicación entre dos profesionales médicos de diferentes especialidades y áreas de conocimiento en donde el solicitante requiere la opinión sobre alguna patología del paciente, bien por la complejidad, severidad o alta especialización.

   Hasta el momento, y en la mayoría de los centros hospitalarios, este trámite se realiza a través del papel. El mismo se gestiona mediante las áreas administrativas de cada servicio clínico, con la consiguiente movilización en muchas ocasiones del propio usuario que formaliza la solicitud. Sin embargo, a partir del presente mes de julio los facultativos del Hospital Universitario de Valme han asumido esta gestión de forma directa, vía electrónica, aportando importantes ventajas.

   Al respecto, la directora gerente del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, Mª Jesús Pareja, reconoce y agradece el esfuerzo realizado por los más de 30 servicios clínicos hospitalarios para la materialización de este cambio en la dinámica de trabajo, traducido en una importante mejora para los ciudadanos del área sur de la provincia de Sevilla.

Evita el desplazamiento de 6.300 usuarios cada mes

   Cada mes, este hospital sevillano registra una media de 6.300 derivaciones entre las diferentes especialidades médicas hospitalarias. Una gestión que, al cambiar su forma de tramitación, ha supuesto la correspondiente desburocratización administrativa en favor de la eficiencia y calidad asistencial.

   Por un lado, supone una importante mejora de la accesibilidad ciudadana en la atención hospitalaria, puesto que minimiza el tiempo de espera con respecto al proceso anterior de la derivación entre especialistas. Ahora se lleva a cabo en tiempo real entre el mismo facultativo solicitante y el servicio médico receptor, sin esperas administrativas en el procedimiento. Luego, se traduce en agilidad y rapidez para la asignación de cita a la consulta del nuevo especialista.

   Asimismo, potencia la seguridad del paciente al quedar registrada la gestión en la historia clínica digital, evitar el riesgo de extravío del documento en formato papel y, en tiempos de Covid, aportar como valor añadido el evitar esperas en colas por parte del ciudadano para solicitar cita de 75.600 usuarios al año. Pacientes que tenían que desplazarse a la gestoría del usuario o a la administración de los servicios clínicos para realizar esta gestión. Por tanto, esta medida también incide como medida protectora frente al Covid-19 con la menor exposición a contagios tanto para los pacientes como los profesionales que intervenían en estos trámites.

   Además, esta dinámica también potencia la confidencialidad de la información clínica y la protección de datos al evitar su circulación en papel y, por el contrario, registrarse todo en formato electrónico.

   Destacar que el Hospital Universitario de Valme ha sido pionero en la implantación de sistemas de información corporativos gracias al alto grado de implicación y el esfuerzo de sus profesionales. Es el caso de la implantación de la Historia Clínica Electrónica, la digitalización de las derivaciones de Atención Primaria o las solicitudes de pruebas diagnósticas, como Laboratorio Clínico, Microbiología o Diagnóstico por la Imagen.

Consulta Oncología Cutánea.jpgDesde mediados de marzo hasta finales de junio, el servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Valme ha llevado a cabo el mismo volumen de intervenciones quirúrgicas que en el período del año anterior dentro de una situación de enorme complejidad marcada por la crisis sanitaria. Una eficiente actividad que ha permitido no incrementar la lista de espera de pacientes y normalizar de forma precoz el funcionamiento del servicio.

  En torno a 200 cirugías de tumores malignos de piel han realizado sus dermatólogos en poco más de tres meses con un registro de actividad que no se ha visto mermado por la pandemia. La dificultad de la situación por el Covid-19 se enfrentó mediante circuitos diferenciados y un protocolo exhaustivo para salvaguardar la seguridad de pacientes y profesionales durante el proceso quirúrgico.

   Según se jefe de servicio, Jerónimo Escudero, “ha sido fundamental la implicación y colaboración de los profesionales en las circunstancia vividas junto a la excelente planificación del bloque quirúrgico”. Este servicio médico reorganizó su actividad asistencial dentro del Plan de Contingencia de este hospital sevillano, donde se post-pusieron operaciones programadas no urgentes. Las consultas externas pasaron a su mayoría a hacerse de forma telemática y sólo se cursaron en la modalidad presencial las que según criterio de los especialistas se  requerían así.

  En esta dinámica, según indica Jerónimo Escudero, “reestructuramos nuestra actividad asumiendo jornadas quirúrgicas, cuya programación anterior a la pandemia estaba dirigida a patologías no urgentes y que fueron suspendidas, para operar  patología tumoral con las máximas garantías de seguridad”.  Como consecuencia, durante este período crítico no se ha diferido ninguna cirugía oncológica, no demorable, ofreciendo respuestas eficaces a los ciudadanos.

Cerca de medio millar de tumores cutáneos diagnosticados al año

   El servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Valme dispone de una consulta monográfica de Oncología Cutánea, integrada por las dermatólogas María Isabel Coronel y Ana Lorente. A la misma se derivan los pacientes con sospecha de cáncer de piel desde atención primaria. En este dispositivo asistencial se lleva a cabo el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de esta patología en coordinación con los servicios de Anatomía Patológica, Oncología Médica y Cirugía General para la consecución de un abordaje integral de la patología maligna.

   Anualmente, el Hospital Universitario de Valme diagnostica cerca de medio millar de casos de cáncer de piel en el Área Sur de la provincia de Sevilla. El más frecuente es el cáncer cutáneo no melanoma, entre los que se encuentran el carcinoma basocelular (el más numeroso, copando más del 80%) seguido del carcinoma escamoso (14%). El de mayor mortalidad es el melanoma con el 6% de los casos, siendo el menos frecuente pero el más peligroso por ser el causante de la mortalidad en casi dos terceras partes de los pacientes afectados.

Gran utilidad de la herramienta corporativa `Mercurio´ para las consultas telemáticas

   Paralelamente a la actividad quirúrgica, y durante el citado período, este servicio clínico ha llevado a cabo un total de 300 consultas telemáticas con el objetivo de garantizar la máxima protección y seguridad a profesionales y usuarios. En esta nueva dinámica de protagonismo de la telemedicina ha sido de gran utilidad una nueva herramienta informática, denominada `Mercurio´, con resultados muy positivos, tanto para el facultativo como para el ciudadano.

 Mercurio ha sido creada a nivel corporativo para el envío seguro de archivos entre profesionales y ciudadanos, con extraordinario beneficio en aquellos casos en los que el profesional sanitario considera necesario solicitar al paciente información y que éste puede enviar desde su teléfono móvil. 

 De este modo, el paciente recibe un SMS en su móvil sin tener que descargar ninguna aplicación adicional y puede responder a él con una imagen (por ejemplo, de una herida o cualquier otra lesión y también con un archivo de video, audio o un PDF que el profesional pueda demandarle).

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