Una treintena de ciudadanos del área sur de la provincia de Sevilla, que se encuentran en tratamiento de anticogulación oral de alto riesgo y de larga duración, se han beneficiado en los últimos meses de un programa asistencial que les permite optimizar su calidad de vida. La iniciativa evita el frecuente desplazamiento de estos pacientes a los centros sanitarios para el seguimiento de su patología, mejora el control del tratamiento reduciendo el número de complicaciones e incrementa el grado de satisfacción de los mismos.
El Programa de Autocontrol de Anticoagulación Oral del Hospital Universitario de Valme, implantado por la Unidad de Hemostasia, está funcionado desde finales del pasado año de forma innovadora en la provincia. El perfil del paciente para el autocontrol es aquél enfermo adulto de alto riesgo, que precisa de tratamiento de larga duración con frecuentes desplazamientos al hospital y familiarizado con las nuevas tecnologías. Por su parte, las enfermedades más frecuentes que precisan de este tratamiento son las siguientes: la arritmia cardiaca por fibrilación auricular, la enfermedad tromboembólica y las prótesis valvulares cardiacas.
El control de estos pacientes se lleva a cabo de dos formas distintas: el médico de familia lo hace desde el centro de salud o el hematólogo en el centro hospitalario. En el primer caso, se corresponde con pacientes cuyos niveles de anticoagulación son estables. Sin embargo, si los casos son inestables o constituyen un alto riesgo, son vigilados y tratados por el especialista hospitalario.
Al respecto, cada paciente realiza como media un total de 14 controles al año y cada visita a su centro sanitario para este fin supone 2,5 horas, en las cuales el paciente está obligado a abandonar su actividad diaria. La alternativa al obligado desplazamiento de estos pacientes al centro sanitario es el autocontrol desde sus domicilios a través de pequeños dispositivos portátiles (coagulómetros), tutelados por el hematólogo hospitalario que está en comunicación directa con el paciente.
Atención personalizada y formación del paciente en el manejo de su patología
En el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla existen en torno a 8.000 pacientes con tratamiento de anticoagulación oral que requieren del correspondiente control periódico, dada la variabilidad de dosis y sus múltiples interferencias e interacciones (dietas, fármacos,…). Se trata de un control necesario para mantener la anticoagulación dentro del rango terapéutico y evitar tanto complicaciones tromboembólicas (el nivel de anticoagulación es inferior al adecuado) como hemorrágicas (nivel superior).
En el caso del Área Sur de Sevilla, un 15% de los pacientes anticoagulados representan un alto riesgo por posibilidad de repetir trombosis y desencadenar accidentes cerebrovasculares. Precisamente, el Hospital Universitario de Valme ha implantado la opción del autocontrol priorizando entre aquellos pacientes de mayor riesgo trombótico al objeto de potenciar sus beneficios y optimizar su calidad de vida.
La alternativa permite que una vez formados los pacientes en la utilización del coagulómetro y su autocontrol, puedan realizar semanalmente estos controles desde su domicilio sin perder el contacto con el hematólogo responsable de este programa de intervención asistencial, Juan Carlos López. A través de un teléfono funcionante durante todas las mañanas, este profesional les ofrece a los pacientes atención personalizada en relación al autonálisis: resolución de dudas, dosificación de anticaogulante y traslación de información al paciente.
La implantación del autocontrol va acompañada de la constatación de la importancia de la implicación y educación del paciente en tratamiento con anticoagulación oral como elementos favorecedores del buen resultado de la pauta terapéutica. Al respecto, esta iniciativa asistencial de mejora de la calidad de vida de estos pacientes lleva parejo un plan de formación sobre la enfermedad, tratamiento y manejo de un coagulómetro personal.
Los monitores de este plan formativo en Valme son el hematólogo Juan Carlos López y la enfermera Ana Aparicio, ambos expertos en anticoagulación. A lo largo de este año han impartido seis sesiones formativas con pacientes y familiares, además de otras tantas realizadas de forma personalizada.