Valme, seleccionado en Europa como modelo para la prevención del abuso sexual infantil

El Programa de Pediatría Social del Hospital Universitario de Valme ha sido seleccionado por el Consejo de Europa como experiencia de `Buenas Prácticas´ en materia de prevención del abuso sexual infantil. Sus profesionales han sido invitados a participar en una conferencia internacional, con representación de todos los estados miembros de Europa, donde se han dado a conocer las iniciativas más eficaces que contribuyan a evaluar la situación actual.

 

El hospital sevillano dispone de más de dos décadas de experiencia en la asistencia de cualquier manifestación del abuso sexual en la infancia y adolescencia. El Programa de Pediatría Social, impulsado y liderado durante estos años por el pediatra Juan Gil, es una estructura funcional interdisciplinar dirigida a la detección y atención de casos de sospecha de abuso sexual y otras formas de maltrato a menores; tales como el abandono de cuidados, malos tratos psicológicos, negligencias o agresiones físicas.

Andalucía dispone desde el año 1999 de una ‘Guía de Salud Infantil y del Adolescente’, distribuida a todos los profesionales sanitarios y que ha servido de referencia para todos los aspectos relacionados con la salud de los menores, incluido el maltrato. Estas actuaciones forman parte de una estrategia coordinada del gobierno andaluz, en la que la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha desarrollado, en el marco de sus competencias, los protocolos y procedimientos para detectar el maltrato y asistir a las personas que lo sufren.

Valoración integral de los menores

El diagnóstico inicial del abuso comienza siempre por un diagnóstico de sospecha, cuya certeza se obtiene después de un proceso de valoración de los indicadores que giran en torno a los indicios detectados. La metodología, pues, se basa en una valoración integral de los menores con indicadores de alarma: valoración médica, social y psicológica.

En este circuito de buenas prácticas frente al maltrato infantil, la Unidad de Trabajo Social asume gran protagonismo. Recepcionan al menor y su familia y, posteriormente, coordinan las exploraciones de diversos especialistas como ginecólogos o pediatras. Para el abordaje multidisciplinar de esta situación, el área de Pediatría dispone de instalaciones adaptadas a la edad de los menores y a su estado emocional.

Estos técnicos realizan una valoración inicial sobre la capacidad familiar de atención y protección del menor junto al diagnóstico más probable. A continuación, se lleva a cabo la notificación a la institución que proceda, facilitando el tratamiento médico y psicológico, la protección del menor y el ejercicio de la justicia. Destaca, en este sentido, la línea estrecha de colaboración con otras instituciones: juzgados, fiscalía, servicios sociales de ayuntamientos, entidades públicas de acogida a menores y asociaciones de víctimas.

Formación de profesionales sobre indicadores de sospecha

La formación de los profesionales en la detección de estos abusos infantiles es clave, en cuanto el conocimiento de los indicadores de sospecha permite interrumpir los abusos e instaurar pronto tratamientos que minimicen las secuelas en los menores y, en definitiva, colaborar con las instituciones responsables de su protección.

Asimismo, son muy importantes la coordinación y la atención interdisciplinar como elementos imprescindibles para ofrecer una asistencia integral (detección, valoración especializada y tratamiento) y mantener en guardia a un grupo de profesionales entrenados en la valoración de los casos, capacitados para realizar diagnósticos precoces y reducir errores diagnósticos y metodológicos.

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