El Hospital de Valme y la Universidad Pablo de Olavide desarrollan una investigación centrada en los beneficios del ejercicio físico en Salud Mental

El `Proyecto PSYCHIACTIVE 2.0´ demuestra la importancia de los hábitos saludables para potenciar el autocuidado como punto de mejora en las personas con trastorno mental graveEl Hospital de Valme y la Universidad Pablo de Olavide desarrollan una investigación centrada en los beneficios del ejercicio físico en Salud Mental

El servicio de Salud Mental del Área Hospitalaria de Valme está desarrollando una investigación con la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla dirigida a ayudar a personas con Trastorno Mental Grave a mejorar su salud y calidad de vida a través del ejercicio físico y la adquisición de hábitos saludables. `PSYCHIACTIVE 2.0,´ es la denominación de este proyecto de investigación colaborativa cuyos primeros resultados demuestran la mejora de este colectivo en diferentes ámbitos: físico, psicológico, funcional y relacional.

La investigación ha sido presentada en el salón de actos del Hospital Universitario de Valme en el marco de las actividades programadas en conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental. El acto ha contado con la jefa del servicio del servicio de Salud Mental del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, Matilde Blanco Venzala, y de uno de los coordinadores del proyecto en la UPO, Álvaro López Moral. Ambos coinciden en la novedad e interés del proyecto, dado que, según Matilde Blanco “hemos extrapolado la constatación de los beneficios que aporta el ejercicio físico para la salud en general al estudio de su impacto en el ámbito de la Salud Mental, sobre lo cual no existía evidencia científica anterior”.

Esta investigación colaborativa entre el Área Hospitalaria de Valme y la UPO ha dispuesto de la participación de un nutrido grupo de profesionales. Por parte de Valme, dos profesionales del Hospital de Día de Salud Mental: Begoña Ibáñez (enfermera especialista de Salud Mental) y Ana Martín (terapeuta ocupacional).

Por parte de la UPO varias personalidades del Área de Educación Física y Deporte: el catedrático Diego Munguía; el doctor Javier Bueno y el doctorando Álvaro López. Sumar la participación de estudiantes del grado y postgrado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la UPO junto a monitores Ocupacionales del Hospital de Día de Salud Mental del Hospital Universitario de Valme, TCA y alumnos de Enfermería especialistas en Salud Mental.

Se basa en una metodología transversal (evaluaciones de salud) analizando la relación entre el estilo de vida, condición física y composición corporal en personas con problemas de salud mental. Han participado 35 personas en tratamiento en el Hospital de Día y la Comunidad Terapéutica del Área Hospitalaria de Valme.

Para ello, desde el Grupo de Investigación Actividad Física, Salud y Deporte, perteneciente a la Universidad Pablo de Olavide Sevilla, se ha llevado a cabo un programa de entrenamiento bajo la supervisión de educadores físicos y deportivos titulados (materializado durante ocho meses), sesiones de evaluación, entrega del monitor metabólico y cuestionarios junto a la correspondiente cuantificación de mediciones.

Mayor adherencia al ejercicio físico y promoción de un estilo de vida activo en personas con trastorno mental grave

La investigación aborda qué factores afectan en la adherencia al ejercicio físico, analizando tanto los factores positivos (motivación, elección de actividades, retos, unión del grupo, apoyo de los profesionales); así como los problemas de abandono (60-80% en población de salud mental).

Al mismo tiempo se compara la situación de las personas que sí se han adherido con los que están teniendo más problemas, sus motivaciones, barreras (imagen corporal negativa, sentimiento de incapacidad, mirada de los otros, etc.) y metas.

El estudio consta de tres fases. Una primera consistente en la familiarización y entrenamiento básico con el objetivo de cohesionar el grupo y favorecer la adherencia. Una segunda, que incluye la medición de variables física y estilo de vida. Y una tercera dirigida a la evaluación del programa de entrenamiento.

Además del objetivo principal de este proyecto, que es la mejora de la adherencia al ejercicio físico y promover un estilo de vida activo en personas con trastorno mental graves, también incluye objetivos secundarios. Los mismos consisten en analizar los beneficios agudos y crónicos que genera el ejercicio físico a nivel físico, mental y social en esta población clínica. Para ello, intenta potenciar aquellos aspectos facilitadores y reducir las posibles barreras hacia el ejercicio. Destacar al respecto, que el 65% de los participantes ha completado al menos la mitad de las sesiones programadas, todo lo cual demuestra el gran porcentaje de implicación.

Paralelamente a la actividad práctica de la investigación, o programa de entrenamiento, los participantes realizan una serie de pruebas de evaluación y cuestionarios. Se desarrolla un análisis individualizado de la composición corporal, condición física, gasto energético y estilo de vida. A continuación, se le indica la inclusión en un programa de actividad física individualizado y adaptado a su estado de salud actual, ya sea en su propio entorno o, a través del Programa de Entrenamiento que se ha desarrollado en las instalaciones de CD Bellavista, los lunes y miércoles, en horario de 12:00 a 13:00 bajo la supervisión de educadores físico y deportivos cualificados con experiencia en el ámbito del ejercicio físico y la salud mental.

Mejoría física, psíquica y social

Tras varios meses realizando el programa, se ha comprobado cómo ha mejorado la adherencia al ejercicio físico, se ha promovido un estilo de vida más activo y se han producido cambios, a nivel físico, psíquico y social en los participantes.

A nivel físico, la mayoría de personas han bajado de peso y ganado masa muscular. También se ha reducido el perímetro de cadera y cintura, junto al aumento de la variable de fuerza, resistencia y capacidad aeróbica y respiratoria.

En lo que se refiere al aspecto psicológico, se constata el hecho de favorecer la sensación de bienestar tras realizar el ejercicio físico, mejora el ánimo, el sentimiento de empoderamiento y las capacidades para superarse, perseverar y realizar cambios.

Por lo que respecta al ámbito relacional, los profesionales observan más cohesión del grupo, aumentando y mejorando las habilidades comunicativas y las relaciones entre ellos. Además, en el terreno funcional también se demuestra avance en personas que han aumentado el nivel de actividad (paseos diarios), la participación en las actividades de su vida diaria y en su comunidad. Otras han podido mantenerse en el programa, a pesar de las dificultades iniciales, perseverancia que demuestra lo positivo de la iniciativa.

Las mejoras en estos diferentes ámbitos tienen un valor añadido, ya que son conductas saludables aprendidas que se mantienen en el tiempo. Según los investigadores, la mayoría de los participantes continúan haciendo ejercicio físico en su tiempo de ocio: saliendo a caminar, cogiendo la bicicleta, practicando algún deporte, apuntándose al gimnasio, piscina o realizando ejercicios a nivel particular.

 

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